Aquellos
en los que quedó, algo de nosotros. Donde
el amor y el dolor dejaron señales delebles o indelebles.
Lugares
que la memoria guarda sin posición GPS. Regresé a algunos de ellos y sentí, sin
ver, la magia que perdura, que permanece adherida a los árboles, los parques, las playas. Y a otros menos románticos,
o no, los bares, los restaurantes, los
paseos por la ciudad, intentando conocer y ser conocido. Interminables noches llenas
de alcohol y besos que impidieron el sexo deseado. Y volví a vivir lo bueno y
malo acontecido. Noches de un octubre viejo, arropados por el césped y las estrellas. Deseando
besar y ser besado entre risas y poemas. Recuperando un principio que no fue.
Proyectando ilusiones en un futuro incierto. Y hubo magia, la magia del momento
de sentir que amas y eres amado. Y hubo dolor, el dolor de saber que el destino
no quiso eso para ti.
Y
los días siguieron, acompañados de oscuridad
que trajo la noche. Y los años pasaron
sin encontrar la respuesta. Viviendo la ilusión creada. Sintiendo como marchitaba.
El
mar, los mares, testigos mudos siempre presentes. Dando calor y sosiego o calma
y consuelo. La arena, las gaviotas, compañeras fieles de una soledad en compañía.
Tu voz en la distancia y yo queriendo saciar un hambre infinito que nunca
comprendiste. Las distintas formas de amar, dirían unos. Solo hay una, digo yo.
Nunca
se ama en paridad, es utópico. Como utópica es la vida que se desea.
No
comprendí tus actos, ni tus palabras, ni tus deseos, que se enfrentaban entre
si. Y quizás fue parte de tu encanto. Y volvieron las noches. Y volvieron los días.
Y volví a sentir lo que no quería pero necesitaba. Y volví a amar con dolor. Tus
ojos me dijeron lo que tu boca calló viendo a Eli Paper Boy. Tus gestos, tus
caricias ponían voz a las palabras que nunca dijiste en cada noche de Credence.
Calamaro nos defraudó, Malikian nos unió.
La música siempre estuvo y esta presente. Los lugares no son lugares,
son notas musicales en el universo de mi mente que provocan sonrisas o llantos.
Es
y será así el tiempo que quede
2 comentarios:
Nunca podemos afirmar que algo será así por siempre. La vida nos trae giros impensados. Hermoso escrito.
vengo por mi piedra verde...y a dejarle una muy roja a Ud.
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