sábado, 12 de octubre de 2013

LAMPEDUSA, OTRA VEZ

Huye  la tarde con miedo, escapando del ocaso.
Todo sigue girando en pausado movimiento,
mientras lámparas encendidas emulan pequeños astros.
El cuadro espera paciente, mi decisión a colocarlo.
Inamovible, inalterable, no muestra su disgusto.
La planta, en la mesa, en armonía con los cactus,
Observa con deseo el que será su nuevo hogar.  
Planta y cuadro se miran y hablan,
como solo  plantas y  cuadros saben hacerlo
No comprenden mi apatía.
Su casa, de alegres colores
Digna morada para tan  bella moradora
Tengo la tierra,  su alimento
y ganas de tocarla, de sentir el tacto áspero y húmedo,
de volver a los recuerdos de  infancia,
al campo, al huerto con mi padre,
a enterrar semillas con fe y recoger el fruto después
Al tiempo en que todo era fácil siendo difícil.
Volver a beber para saciar mi sed.
Subir al árbol mas alto a contemplar  estrellas,
escuchar el silencio de la noche,
apenas interrumpido por el canto del grillo
Y soñar con aventuras en que los buenos ganan y los malos pierden
Sueños de inocentes
que arriesgan todo
para acabar en nada,
atrapados en un mar hostil

que cobra su peaje en vidas….otra vez

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