miércoles, 22 de enero de 2014

NIEBLA

Imagen tomada de la red


A veces, un día gris y lluvioso como el de hoy, hace que la niebla se disipe. Aunque, también a veces, es preferible no ver cuando la aparente realidad invita a cerrar los ojos.
A veces, inevitablemente, vuelvo la vista atrás intentando comprender el presente. No intento hacer balance, eso seria muy melodramático, sino  ver hechos de la manera más fría posible. Intento entender por que la mayoría de los acontecimientos que considero importantes en mi vida, me han ido vaciando en lugar de enriquecerme. Cada decisión tomada,    me ha llevado por caminos que  arrancaron una parte de mí que jamás ha vuelto al sitio del que salió.
Vaciarse indica tanto, quedarse sin contenido, como volcarse en algo hasta  las últimas consecuencias. Dos interpretaciones tan distintas como iguales que me siguen acompañando, aun siendo consciente de que son sensaciones, mejor dicho, la de volcarse no es una sensación, es una realidad, subjetiva, pero realidad.
Hace años, soportaba bien  los dientes de sierra. El dolor o la alegría eran parte del juego  de vivir. Una compensaba al otro. El amor, el cariño, el trabajo. Siempre había expectativas, metas, objetivos por alcanzar y  la fuerza necesaria para hacerlo. Pero llega un día en el que te das cuenta que da igual lo que hagas o no hagas. Todo sigue su curso.  El desgaste te hace sentir como un hámster en su rueda,  o como el conejo de Alicia, siempre corriendo para no llegar a ningún sitio, siempre teniendo  la sensación de que has llegado tarde.
La niebla volverá, espero que pronto


1 comentario:

Rochies dijo...

he sentido muchas veces a lo largo de mi vida esa sensación de haber llegado tarde a todas partes. O como decía una amiga cuando tienes todas las cartas los demás comienzan a jugar al ajedrez...
o el mundo está de fiesta y a ti no te han invitado...
abrazos